Las fugas de agua en las tuberías del saneamiento son una de las incidencias más habituales y que pueden llegar a ser más peligrosas. En los casos en los que sospechamos que existe fuga de agua y no se detecta a través de la inspección con cámara CCTV, es necesario recurrir a la Prueba de Estanqueidad.

Las redes de saneamiento son una de las infraestructuras urbanas de servicios más costosas tanto en su instalación inicial como en su mantenimiento periódico.

Además, nos encontramos con la dificultad que al encontrarse bajo tierra la detección de posibles fugas no es fácil a simple vista, y ocasiona gastos adicionales. Por eso es imprescindible garantizar su estanqueidad.

En qué consiste una prueba de estanqueidad

Las pruebas de estanqueidad consisten en la introducción de un fluido, ya sea aire o agua, en el tramo de la red en el que queremos asegurar que sea estanco y la comprobación posterior de la caída de la presión del agua durante un tiempo determinado.

Para ello se colocan obturadores o balones especiales en la tubería a ambos extremos del tramo a comprobar. Después se introduce aire o agua a una presión determinada a través de uno de los obturadores y se monitoriza para detectar con qué rapidez cae la presión en un espacio determinado de tiempo. Esto nos va a indicar si la instalación dispone de la estanqueidad necesaria para su funcionamiento óptimo de acuerdo con la normativa vigente.

En las siguientes imágenes podéis ver el proceso en la prueba de estanqueidad realizada hoy en Avenida Valdeculebras, en Vallecas:

La prueba de estanqueidad se rige por la normativa en vigor tanto para tuberías del saneamiento, como para redes de abastecimiento de agua o instalaciones de tuberías interiores de agua a presión de edificios.

En GSC disponemos de un equipo completo para realizar pruebas de estanqueidad con obturadores de diferentes diámetros, compresor y todo el material necesario para su realización en tubos, colectores, arquetas y redes de saneamiento, además de contar con todos los medios técnicos y humanos para localizar fugas y su posterior reparación, todo ello sin realizar obra, sin abrir zanja.